Cómo y por qué surge la inflación
marzo 2023
Inflación: una amenaza constante para la economía
La inflación es, sin duda, una de las preocupaciones económicas más urgentes en la actualidad. El aumento sostenido de los precios ha hecho saltar las alarmas, y con razón: nuestro dinero pierde valor, reduciendo nuestro poder adquisitivo. Sin embargo, la inflación no es un fenómeno nuevo. Ha existido a lo largo de la historia, fluctuando con los ciclos de expansión y contracción económica. Uno de los objetivos primordiales de los bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), es mantener la inflación bajo control a través de herramientas como los tipos de interés .
Pero ¿qué es exactamente la inflación y por qué se produce?
¿Qué es la inflación?
En términos económicos, la inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios durante un período determinado. Cuando los precios suben, el poder adquisitivo del dinero disminuye, lo que significa que la misma cantidad de dinero compra menos bienes y servicios.
Causas de la inflación
La inflación se produce cuando la demanda de bienes y servicios supera la capacidad de producirlos o importarlos, lo que provoca un aumento de los precios. En otras palabras, cuando el consumo de un determinado producto aumenta pero la oferta sigue siendo limitada, los precios suben naturalmente.
Esto fue precisamente lo que ocurrió en 2020, durante la crisis sanitaria mundial. Muchas empresas detuvieron o redujeron significativamente la producción, lo que provocó escasez de productos y los llamados cuellos de botella , situaciones en las que ciertas industrias tuvieron dificultades para aumentar la producción. Esta interrupción de la oferta, combinada con una fuerte demanda, creó presiones inflacionarias.
Desde el lado de la demanda, el gasto de los consumidores aumentó, en particular en el caso de los bienes físicos. Antes de la crisis, las estructuras económicas estaban más adaptadas a las industrias basadas en los servicios que a la producción de bienes. El cambio repentino de la demanda de servicios a bienes creó restricciones a la producción, ya que las empresas no estaban equipadas para fabricar los productos que ahora querían los consumidores.
Otro factor clave es el comportamiento de las empresas en tiempos de escasez. Cuando los empresarios temen quedarse sin suministros, tienden a aumentar sus compras para asegurarse materias primas para la producción. Si muchas empresas actúan de esta manera, las cadenas de suministro se vuelven aún más tensas. Un fenómeno similar se observó a nivel doméstico con la escasez de papel higiénico en América del Norte: las compras de pánico llevaron a una escasez real.
Presiones inflacionarias adicionales
Además de los desequilibrios entre la oferta y la demanda, otros factores contribuyen a la inflación. Un aspecto importante es la transición energética global. Las fuentes de energía más limpias, aunque más sostenibles, también son más caras. Estos mayores costos de producción y distribución terminan por repercutir en los consumidores.
Sin embargo, el factor más influyente detrás de la inflación reciente es la política monetaria y fiscal . En respuesta a la crisis de 2020, los gobiernos implementaron paquetes de estímulo masivos para impulsar el gasto. Esto llevó a un exceso de oferta monetaria en la economía, sobrecalentando la demanda mientras la oferta se mantuvo limitada. En términos simples, la fórmula para la inflación podría ser:
Oferta rígida + demanda explosiva = precios en aumento
El impacto sobre los salarios y la deuda pública
La relación entre el crecimiento salarial y la inflación es un indicador clave del bienestar económico de los ciudadanos. En España, los salarios están creciendo a un ritmo mucho menor que la inflación, lo que está provocando una pérdida de poder adquisitivo significativa. Según los convenios colectivos, se espera que los salarios aumenten solo un 1,5%, mientras que la inflación se sitúa en torno al 5,5%. Esto implica que los salarios reales caerán un 4%, una de las caídas más pronunciadas del siglo XXI.
La deuda pública es otro problema crítico. Muchos países han acumulado niveles excesivos de deuda. En España, por ejemplo, la deuda pública ha aumentado del 15% del PIB en 1980 al 118% en la actualidad, lo que significa que el país debe un 18% más que sus ingresos anuales. A medida que aumentan los tipos de interés, el servicio de esta deuda se vuelve aún más caro.
¿Cómo afecta esto al ciudadano medio? Los gobiernos suelen responder aumentando los ingresos fiscales mediante un aumento del IVA, el impuesto sobre la renta, el impuesto de sociedades, el impuesto sobre sucesiones, el impuesto sobre el patrimonio y otros gravámenes. En última instancia, esto reduce la cantidad de dinero en los bolsillos de las personas, lo que afecta aún más a su poder adquisitivo.
La inflación es un tema complejo y multifacético, pero comprender sus causas y consecuencias es crucial para abordar sus efectos tanto en los individuos como en la economía en general.
Deuda Pública de España
Deuda publica española sobre el PIB
Y la situación no es tan distinta en otros países del mundo. En Estados Unidos, la deuda pública equivale al 128% del PIB del país, algo que se repite en países como Francia e Italia.
Deuda pública en algunos países del mundo
Deuda pública sobre PIB
Un poco de historia: lecciones del pasado sobre inflación y sobrecalentamiento económico
Si bien la historia no se repite exactamente, a menudo sigue patrones notablemente similares. Los ciclos inflacionarios han aparecido una y otra vez, desencadenados por una combinación de sobrecalentamiento económico, shocks externos y errores de política. Comprender estos precedentes históricos es crucial para enfrentar los desafíos inflacionarios actuales.
Históricamente, tres factores principales han contribuido a los auges inflacionarios:
Crédito barato : cuando los costos de endeudamiento son bajos, las empresas y los consumidores se endeudan más, lo que impulsa un aumento del gasto y la inversión. Esto puede conducir a una rápida expansión económica, pero si no se controla, también puede crear burbujas de activos y una demanda excesiva que impulsen los precios al alza.
Innovaciones tecnológicas : avances como la Revolución Industrial, el auge de los automóviles, el auge de Internet y la inteligencia artificial han alimentado el optimismo y la expansión económica. Si bien los avances tecnológicos impulsan el crecimiento económico a largo plazo, también pueden crear burbujas especulativas, como se vio en el auge de las puntocom a fines de la década de 1990.
Optimismo desmedido – Los períodos de crecimiento económico suelen generar una confianza excesiva en el futuro, lo que alienta inversiones más arriesgadas y un comportamiento especulativo. Los inversores y los responsables de las políticas pueden subestimar los riesgos, suponiendo que el auge continuará indefinidamente. Esto puede conducir a un sobrecalentamiento de la economía, seguido de fuertes correcciones.
La crisis inflacionaria de los años 1970: un paralelo histórico clave
Una de las mejores comparaciones históricas con las presiones inflacionarias actuales es la crisis de los años 1970. En esa década se produjo una combinación de shocks de oferta, errores de cálculo en materia de políticas y factores externos que empujaron la inflación a niveles peligrosamente altos.
Crisis petroleras y cuellos de botella en el suministro – La década de 1970 estuvo marcada por dos grandes crisis petroleras: el embargo petrolero de 1973 (desencadenado por la OPEP en respuesta a tensiones geopolíticas) y la revolución iraní de 1979 , que perturbó gravemente el suministro mundial de petróleo. El marcado aumento de los precios de la energía provocó una inflación de costos , lo que significó que las empresas enfrentaron mayores costos de producción, que se trasladaron a los consumidores en forma de precios más altos.
Política monetaria laxa – A principios de los años 1970, la Reserva Federal mantuvo bajas las tasas de interés y expandió la oferta monetaria para estimular el crecimiento. Sin embargo, este exceso de liquidez, combinado con las crisis del petróleo, impulsó la inflación en lugar de estabilizar la economía.
Espirales de precios y salarios : a medida que los precios subían, los trabajadores exigían salarios más altos para cubrir el aumento del costo de vida. Las empresas, a su vez, aumentaron los precios para cubrir el aumento de los costos laborales, lo que creó un círculo vicioso de inflación persistente.
Inflación de dos dígitos : a fines de la década de 1970, la inflación se había disparado al 12%–15%, muy por encima del promedio histórico del 3%–4%. Esto provocó una caída de los salarios reales, una erosión del poder adquisitivo de los consumidores y un estancamiento económico.
Inflación en Estados Unidos 1970-2023
El papel de los bancos centrales: ayer y hoy
En respuesta a la inflación galopante de los años 1970, la Reserva Federal, bajo la presidencia de Paul Volcker , implementó alzas agresivas de las tasas de interés . La tasa de fondos federales se elevó a casi el 20% a principios de los años 1980, una medida drástica que frenó con éxito la inflación pero también desencadenó una fuerte recesión. La lección de este período es clara: no actuar temprano contra la inflación puede tener consecuencias mucho más duras más adelante.
Si nos adelantamos al presente, los bancos centrales se enfrentan a un dilema similar. La inflación, impulsada por las interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de los costos de la energía y el enorme estímulo fiscal en respuesta a la pandemia de COVID-19, ha llevado a instituciones como la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) a subir las tasas de interés en un intento de enfriar la economía. El desafío es equilibrar el control de la inflación y evitar una recesión económica grave.
Tasas de interés en EE. UU., 1970-2023
Paralelismos modernos: ¿se repite la historia?
Si bien el entorno inflacionario actual es diferente al de la década de 1970 en algunos aspectos, existen similitudes innegables:
Interrupciones en la cadena de suministro : Así como las crisis petroleras de la década de 1970 restringieron la oferta, los cuellos de botella actuales en la cadena de suministro global (exacerbados por la pandemia de COVID-19 y las tensiones geopolíticas) han hecho subir los precios de los bienes y las materias primas.
Shocks en los precios de la energía – El aumento de los costos de la energía debido a la transición global hacia la energía limpia, los conflictos geopolíticos y la escasez de suministro recuerdan los shocks petroleros del pasado.
Política monetaria laxa y estímulo fiscal – El gasto público masivo y las tasas de interés históricamente bajas entre 2020 y 2022 inundaron la economía de liquidez, lo que contribuyó a sobrecalentar la demanda, tal como lo hizo la expansión monetaria excesiva a principios de la década de 1970.
Aumento de los salarios y presiones sobre los precios – En muchos países, la escasez de mano de obra y el aumento del costo de vida han provocado aumentos salariales , lo que ha alimentado aún más la inflación.
Puntos clave de la historia
Las lecciones de los episodios inflacionarios pasados resaltan varios puntos críticos:
La inflación es difícil de controlar una vez que se afianza : cuanto más persiste, más difícil y doloroso resulta controlarla. Las medidas tardías de la década de 1970 llevaron a drásticas alzas de las tasas de interés y a una recesión.
Los bancos centrales desempeñan un papel crucial : una política monetaria fuerte y proactiva es esencial para evitar que la inflación se salga de control.
La resiliencia de la energía y de la cadena de suministro es fundamental : la dependencia de mercados energéticos volátiles y cadenas de suministro frágiles puede provocar shocks inflacionarios. La diversificación y la inversión en infraestructura son necesarias para mitigar los riesgos.
El sentimiento público y empresarial es importante : las expectativas de inflación pueden volverse autocumplidas. Si las empresas y los consumidores esperan que los precios sigan subiendo , ajustan su comportamiento en consecuencia (subiendo los precios y exigiendo salarios más altos), lo que refuerza la inflación.
Reflexiones finales
Si bien el entorno inflacionario actual presenta desafíos singulares, la historia nos brinda lecciones valiosas. La década de 1970 nos enseñó que no abordar la inflación a tiempo puede tener consecuencias económicas graves , incluidas recesiones profundas e inestabilidad financiera. Hoy, las autoridades deben lograr un delicado equilibrio entre frenar la inflación y mantener el crecimiento económico, todo ello mientras enfrentan disrupciones de suministro, costos energéticos en aumento e incertidumbres globales.
Comprender el pasado nos ayuda a tomar decisiones informadas sobre el futuro. La inflación sigue siendo uno de los desafíos económicos más complejos, pero con medidas decisivas y una gestión cuidadosa de las políticas, sus efectos a largo plazo pueden mitigarse.